Dice que se despierta conmigo entre sus piernas
y me escribe;
se aventura a escribirme solo porque se lo he pedido a gritos.
y me escribe;
se aventura a escribirme solo porque se lo he pedido a gritos.
-«Me atrevo, aunque me cueste la vida»
Teme por sus demonios, sin saber son más míos que suyos,
aunque ni siquiera sepa cómo ni cuándo se metieron tan dentro.
Inocente de él:
no sabe que esta libertad de los sentidos exige que no use tinta;
precisa que vuele, que cante, que muerda,
y que el único lienzo posible para su ensayo de poeta,
precisa que vuele, que cante, que muerda,
y que el único lienzo posible para su ensayo de poeta,
sean mis nalgas.